
1. Elegancia natural y estética única
Los tonos cálidos y terrosos del travertino (beige, crema, dorado) y la textura orgánica añaden lujo y encanto atemporal a los baños.
Cada pieza tiene variaciones naturales en vetas y picaduras, lo que hace que cada fregadero sea único.
Combina bien con estilos modernos (minimalistas) y rústicos (mediterráneos, granja).

2. Ahorro de espacio y atractivo minimalista
El diseño montado en la pared libera espacio en el piso, ideal para baños pequeños o tocador.
Crea un efecto de tocador flotante, mejorando la apertura visual.
Las líneas limpias de la forma rectangular se adaptan a los interiores contemporáneos.
3. Durabilidad con un tacto natural
El travertino es resistente al calor (no se quema como los materiales sintéticos).
Cuando está correctamente sellado, resiste la absorción de agua y las manchas.
Más suave que el granito/mármol pero ofrece una superficie más cálida y táctil.

4. Versatilidad de diseño
Funciona con grifos montados en la pared para una apariencia elegante y ordenada.
Complementa otros materiales:
Madera (para dar calor)
Luminarias negras (para contraste)
Metálicos (latón, negro mate)
5. Alineación de tendencias
Los baños modernos orgánicos y tipo spa están muy solicitados y el travertino es la opción perfecta.
Los consumidores prefieren cada vez más los materiales naturales a la porcelana/cerámica esterilizada.
6. Lujo percibido
El travertino se asocia con espacios de alta gama (piense en villas italianas u hoteles boutique).
Una pieza destacada que realza un baño básico.

Dónde los verás
Cuartos de baño (como punto focal).
Baños de spa (combinados con tonos neutros).
Airbnb/casas de lujo (para un atractivo digno de Instagram).